Bientratarnos, más que hacer cosas es estar. Estar con nosotras mismas, estar en contacto con la necesidad, sosteniendo las emociones y escuchando el cuerpo.
A menudo hablamos de la necesidad de bientratarnos a través del cuidado personal: hacer ejercicio, llevar una alimentación equilibrada, meditar… Hacer, hacer y más hacer. Nos hemos autoimpuesto toda una lista de tareas de autocuidado que pueden llegar a estresarnos más que reportarnos bienestar. Y cuando no llegamos a todas ellas, se nos despiertan nuestras partes más exigentes y juezas con nosotras mismas; provocando sentimientos de culpa y desvalorización.
Y de repente, en medio de todo esto, nos llega una pandemia mundial que nos obliga a parar por primera vez en mucho tiempo. Y se nos despierta la angustia por estar con nosotras mismas “sin hacer nada”. Así que la evito apuntándome a un curso online, haciendo el cambio de armarios, siguiendo clases de pilates a través de Youtube o viendo una infinidad de conciertos en streaming. Pero resulta que el confinamiento se alarga y me doy cuenta de que empiezan a aparecer sensación de cansancio, incertidumbre o emociones como el miedo o la tristeza. Y resulta que no puedo estar huyendo de ellas por mucho más tiempo perdiéndome en ese laberinto sin principio ni final que es “el hacer”.
Así que por fin nos toca dejar de hacer para empezar a estar.
Bientratarnos, más que hacer cosas, es estar. Estar con nosotras mismas, estar en contacto con la necesidad, sosteniendo las emociones y escuchando al cuerpo. Lo sabemos, esto da miedito porque no estamos acostumbradas a ello, pues le hemos prestado mucho más atención al afuera que al adentro. Está bien tener miedo o sentir angustia. Es normal.
Así que vamos poco a poco, dosificándonos el estar con nosotras y el estar para afuera o en el hacer.
Transitemos esas emociones, intentando no evitarlas y, tal vez, no engancharnos en ellas. Podrás, solo es estar, sólo es ser. Tan difícil y tan sencillo a las vez. Ánimo y paciencia para tu “no tarea”.